“La CEAV sólo me ha pagado un cheque por 800 pesos, correspondiente al mes de mayo”, comentó Sara con desencanto —ella es madre del chef Xiuhtletl Abarca Olea, quien desapareció en Chilpancingo, Guerrero el 8 de septiembre de 2013— a través de su cuenta de twitter @SarinaMercouri.
“Me deben los viáticos de este mes de junio (con gusto nos enteramos que el 19 de junio de este año le pagaron los de marzo), me ponen muchas trabas porque las facturas las hice el mismo día. Mis diligencias fueron de los días 2 al 9 de junio hasta Guerrero, y a la PGR. Fui juntando los tickets de gastos y facturé electrónicamente hasta que llegué a mi domicilio, y por eso argumentan que son del mismo día, pero son pretextos para no pagar. Ya estoy cansada de dar tantas explicaciones.
“Gastan mucho dinero en eso (en congresos y foros), y nos ponen muchos pretextos para pagarnos viáticos”, refiere con un desaliento justificable.
Y cómo no va a estar agobiada con esta situación si aparte de soportar la pena por la desaparición de su hijo ahora debe enfrentar la indolencia de los covachueleros.
“El 19 de junio apenas me cubrieron los viáticos del mes de marzo. Ayer que fui estaba la recepción llena de gente esperando que la atendieran, ya parece que uno va a comprar tortillas como tiene que esperar”, advierte con ese dejo de desaliento.
“Falta que me cubran las diligencias de este mes porque tuvieron que venir mis hijos de Guerrero a la PGR, para las muestras de ADN.
“Me piden un montón de requisitos como si yo les estuviera mintiendo, cuando ellos mandan a su abogado a estar presente en las diligencias, a su abogada. Esto me parece la inquisición, tanta pregunta y documentos que acrediten lo que estoy diciendo. Es horrible estar en sus oficinas, tanto papeleo”.
“No tengo queja de la ayuda jurídica, están al pendiente. Lo que me molesta es tanto tramite para los pagos. No sé si haya más casos, yo creo que sí. Yo porque me sé defender, soy abogada y no me hacen tonta fácilmente. De acuerdo con la Ley de Víctimas ellos están obligados a darnos apoyo psicológico y de viáticos.
“En cuanto al apoyo psicológico se los pedí pero nunca me lo dieron. A mí me está apoyando la Universidad de Querétaro. Un grupo que se llama Tikei. Ellos me ayudaron con el psicólogo, que es una excelente persona, muy humano y entregado a esta dolorosa lucha”.
Mientras Sara nos comenta su realidad, el espurio presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Jaime Rochín del Rincón —a decir de la comisionada Olga Noriega— inauguró el viernes 20 de junio un rimbombante foro más que lleva el pomposo nombre de Primer Foro Nacional para la elaboración del Modelo de Atención Integral en Salud.
Rochín mira hacia el cielo, sus ojos se llenan de morriña y señala que la elaboración de un Modelo de Atención Integral en Salud con enfoque psicosocial, de educación y asistencia social, representa un avance para que las víctimas de delitos y de violaciones a los derechos humanos tengan acceso a un mismo esquema de atención especializada, con criterios homologados, que les permita la recuperación de su salud y su plena Inclusión social y laboral, seguramente no está enterado que en la CEAV le negaron este servicio a Sara.
Pero Rochín, fascinado como estaba dando la entrevista, añadió que “las víctimas tanto directas, indirectas o potenciales requieren de una atención especializada, organizada y coordinada que responda las particularidades y grado de vulnerabilidad de cada uno de los casos, así como de que se garantice su protección y reintegración a una vida normal y cotidiana con estricto respeto a su dignidad”. Discursos, discursos…
Y ya encarrilado, preso de una euforia triunfalista recordó que la Ley de Víctimas existe gracias al esfuerzo y la exigencia de personas comprometidas que, junto con las Organizaciones de la Sociedad Civil, lograron que las voces de las víctimas dejaran de ser anónimas e invisibles. Bueno, todo en el papel y en la entrevista es más refulgente, menos escabroso.
En fin, Sara hizo público su descontento a través de Twitter porque está cansada de que la traigan de acá para allá, de que la martiricen con tácticas inquisitoriales. Algunos tuiteros se hicieron eco de su desesperación y emitieron algunos tuits a través de los cuales señalaban la inoperancia de la dependencia para cumplir con uno de los objetivos que debe poner en práctica en pro de las víctimas porque están obligados a ello: el otorgamiento de apoyo económico.
#FF PARA MI “AMIGUI”
Algunos comisionados de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) saltaron a la palestra al ver que aparecían como dardos los tuits en donde se les conmina a eliminar la burocracia y a trabajar de forma real y solidaria con las víctimas. No obstante, la comisionada Susana Pedroza mostró un leve desencanto ante los reclamos por la foritis aguda que presenta la Comisión.
En tanto, el comisionado Julio Hernández Barros, con mayor lucidez y colmillo, se interesó en el tema y públicamente aceptó que se le pagarían los viáticos a @SainaMercouri: “Ya está resuelto el asunto de Sara”, dijo a través de tuit, pero no contaba con la astucia de los encargados de realizar tales erogaciones, expertos en hallar hasta los menores resquicios para evitar soltar el recurso, aunque tras bambalinas se rumora que son los mismos comisionados quienes ordenan estas acciones dilatorias.
Y mientras eso ocurría, días después los comisionados de la CEAV se entrevistaron el jueves19 de junio con un grupo de senadores en “reunión de trabajo para revisar avances y pendientes sobre atención a víctimas en México”, según tuit enviado ese día por Hernández Barros.
Un día después del emotivo encuentro, el 20 de junio, la comisionada Pedroza y Hernández Barros intercambiaron desde muy temprano tuits como palmaditas. Él escribió esto: “#FF @spedroza_12 por la inigualable organización del foro para el Modelo de Atención Integral en Salud de @CEAVmex”, ella respondió a su homólogo con otro mensajito lleno de fervorosa connivencia y empatía: “#FF para mi colega y amigo Julio Hernández por avances sustanciales en elaboración de Registro Nacional de Víctimas”.
Y cómo no van a estar felices si la tertulia que sostuvieron con los senadores fue muy “nice”, muy motivante, presuntamente, tanto así que como es de imaginarse, la citada reunión con los representantes populares dio sus primeros frutos y devino en los invaluables 15 minutos de fama para los protagonistas, ya que apareció en algunos medios informativos una entrevista que le hicieron al referido comisionado Hernández, quien sostuvo que “la CEAV informó al Senado que creará el registro de niños víctimas de violación, abuso sexual y violencia escolar, que será incluido en el registro nacional de víctimas que se dará a conocer el próximo año, además de que propondrá políticas públicas para atajarlos”, entre otros temas tangenciales que abordó con su aplomo de comisionado de verdad.
Lo anterior forma parte de una serie de metas a corto, mediano o largo plazo que se han planteado los comisionados. Muy loable, esperamos sinceramente que cuajen porque hacen falta ese tipo de herramientas.
Y que bueno que lo difundan y envíen comunicados en donde se reseñe con premura fatigosa labor que realizan y por la que seguramente deben devengar un salario justo y nada oneroso, o al menos eso suponemos.
Todo está muy bien, hacen falta esos registros de niños víctimas de violación abuso sexual y acoso escolar. También hacen falta los registros de personas víctimas de secuestro, de plagio forzado, de la guerra sucia, de racismo, de intolerancia, de agresiones intrafamiliares, de feminicidio, de pederestia, de sacerdotes abusadores, de maltratadores, de ancianos vejados, de comisionados omisos, de funcionarios ambiciosos, etc., hacen falta registros de muchas cosas. Ojalá y no se elaboren con la pasmosa dejadez con la que realizaran en la era calderónica el famoso “libro blanco” en donde aparecían presuntamente los datos de 27 mil personas desaparecidas, pero sin los nombres, en algunos casos, los localizados revueltos con los ausentes, direcciones sin usuarios, espacios vacíos. Una verdadera orgía de la desidia que desnudó la omisión que permea en las procuradurías y que tratan de ocultar con “maquillaje y rasurada” de cifras.
Obviamente para armar el andamiaje de los registros lo ideal es contactarse con las víctimas, tener de viva voz los testimonios y datos de los cuales carecen con precisión las autoridades. Entonces, tal vez por ello lo más idóneo para la CEAV sea la creación de foros y encuentros para distraer la atención, ojalá y no. Tal vez por eso los comisionados se desplazan con tanta frecuencia por los estados del país para darse un baño de víctimas y conocer a fondo la cuestión, ojalá y no se les ocurra recabar información de las procuradurías porque no está actualizada, podemos ver en algunas páginas como los muertos y vivos conviven en el limbo virtual de los no localizados. Tal vez por eso instalan encuentros y encuentros a los cuales asisten muchísimas personas, funcionarios e invitados especiales, pero quién sabe si acudan puntualmente los verdaderamente interesados. De ser así no habría tanto desencanto, tanta desilusión. No es gratuito que desde hace meses las quejas contra la CEAV vayan en aumento.
Y mientras los comisionados se dan espaldarazos y se envían #FF, Sara y varias madres de desaparecidos tienen que capotear una serie de impedimentos burocráticos que ponen a prueba su voluntad, porque la CEAV, a pesar de que fue creada para atender a las víctimas no cumple su función a cabalidad. Parece que es más redituable tratar con un concepto, con una entelequia, a tratar con las víctimas de carne y hueso.
LAS DELICIAS DEL PODER
Y bueno, una cosa fue el boletín que la misma CEAV ni tarda ni perezosa envió a los medios de comunicación para dar su versión del encuentro con los senadores en el cual todo fue alegría —como el meloso festejo tuitero de los comisionados Pedroza y Hernández—, pero ninguno de los comisionados comentó que los senadores les dieron un jalón de orejas a los siete integrantes del pleno de la Comisión, por los zipizapes internos que sostienen mientras disputan el trono del organismo, ya que mientras dan rienda suelta a sus ambiciones personales se olvidan de dar a las víctimas la atención institucional que deben otorgarles además de la reparación integral del daño al que tienen derecho.
Tal situación irritó a algunos miembros del Senado, como a la presidenta de la Comisión contra la Trata de Personas y secretaria de la Comisión de Derechos Humanos, la panista Adriana Dávila Fernández quien les puso un estate quieto a Jaime Rochín del Rincón, Adrián Franco Zevada, Susana Thalía Pedroza de la Llave, Julio Antonio Hernández Barros, Carlos Ríos Espinosa, María Olga Noriega Sáenz y Rosario Torres Mata, integrantes del pleno de la CEAV.
“Muchas víctimas tienen puesta la mirada sobre ustedes. Que no se confunda que la atención a las víctimas sólo es una responsabilidad de hablarles y tratarlos bien, que pasen de ser víctimas a ser sobrevivientes, ése es el reto que esta Comisión Ejecutiva de Víctimas tiene, pero, la compasión no puede ser para un órgano de servidores públicos, el único instrumento que nos ayude a generar políticas públicas.
“Sí, está pesado el trabajo, nadie les dijo que era fácil, pero perdón que lo diga, ustedes lo aceptaron y pues apechuguen lo que aceptaron y asuman la responsabilidad”, les soltó desde su ronco pecho albiazul.
En tanto, su correligionario, Roberto Gil Zuarth puso el grito en el cielo por el “sisma” en las disputas al seno de la CEAV.
De su lado, la priísta Arely Gómez González, les solicitó que a la mayor brevedad superen sus broncas y se pongan a chambear.
NACE UNA ESTRELLA
Pero qué es la CEAV, nos consta que muchas víctimas desconocen que existe esta dependencia, así como ignoran que ya hay una Ley de Víctimas que deben leer con acuciosidad. Entonces debemos recordar que el día 8 de enero de este año, según texto “subido” a la página de la PGR ese día, se informó a todos los habitantes del reino que “se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto por el cual se transformó la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas de Delitos (Províctima) en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), con el fin de avanzar en la consolidación de la última, de acuerdo con las facultades que le otorga la Ley General de Víctimas.
“La Comisión Ejecutiva tiene por objeto establecer y supervisar las directrices que se implementen para la protección, ayuda, asistencia y reparación integral a víctimas, en los ámbitos federal, local y municipal.
Con la publicación del presente Decreto, se reitera el compromiso del gobierno de la República con un nuevo esquema de atención a víctimas, que garantice sus derechos y contribuya a la cimentación de una sociedad de pleno respeto a las garantías fundamentales.
“La Secretaría de Gobernación trabajará en los próximos años en una coordinación efectiva entre los tres órdenes de gobierno y la Comisión Ejecutiva, en materia de atención a víctimas y en la armonización del marco jurídico de las entidades federativas, a fin de garantizar el cumplimiento de la ley”.
Todo en el papel se lee más bonito. Las ideas se exponen claras. Nada parece enturbiar la calma chicha de los decretos y sus muy loables propósitos. La CEAV, entonces, vino a sustituir a una dependencia que, según pudimos leer en el texto no cumplió los objetivos que su heredera si podrá zanjar —siempre y cuando dejen las rebatingas por el poder—, o tal vez desde antes de nacer ya estaba moribunda…, ojalá no sea más de lo mismo, que no sólo un cambio de nombre. Quién lo sabe. Por respeto a la víctimas.
EL PROMETER NO EMPOBRECE
El día que la CEAV arrancó formalmente sus actividades lo primero que hicieron los comisionados fue hablar mal de Províctima, al fin seres humanos, y subrayaron que ellos sí sabían cómo mascaba la iguana en este angustiante rubro y prometieron que por las víctimas, todo, y sin las víctimas, nada. Con saña inaudita le sacaron los trapitos al sol a Províctima y le imputaron que sólo se quedaba en el primer piso, pero que ellos eran especialistas y que hasta se irían al segundo nivel.
"Províctima se ubicaba en atención de primer piso, en ese sentido daremos toda la atención de los casos que restan, que están por resolverse y por concluirse en Províctima; pero nuestra primera función de la Comisión serán las operaciones de segundo piso, es decir, la creación de las políticas públicas encaminadas a la atención y a la reparación (del daño) de la víctima del delito o violación de derechos humanos", explicó con ingenua autosuficiencia Olga Noriega, en aquel entonces flamante presidenta del organismo, quien no imaginaba lo que el futuro le deparaba.
Cada uno los siete comisionados habló muy en su papel y expuso someramente el apartado que le correspondía, como Julio Hernández quien adelantó que en breve —extraño concepto de brevedad, ya que esto lo dijo desde enero y presuntamente entregará el Registro hasta el año que viene, si bien nos va— sería publicado el Reglamento a la Ley, ya que habían realizado recomendaciones y comentarios al borrador del documento y ya estaba en las impolutas manos del Ejecutivo federal .
"En el caso del Registro (Nacional de Víctimas) se han tenido reuniones con distintos expertos y expertas en la materia, se tuvo incluso una reunión con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, donde nos ofrecieron el apoyo internacional y compartimos las mejores experiencias que se han realizado", explicó Jaime Rochín, con el colmillo retorcido, en un afán de mostrar que tenía contactos hasta en Nueva York.
"Igualmente, el Fondo (de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral) está previsto en la ley, es el 0.14 por ciento del presupuesto disponible, ahora lo que se está elaborando son las Reglas de Operación", añadió con desenfrenado vigor, contentísimo porque les había tocado un 0.006% más que a Províctima, o sea que manejarían cerca de los 500 millones de pesos, nada mal para empezar, los foritos salen caros, aunque las víctimas tengan que esperar a ver hasta cuándo les pagan sus viáticos.
Los comisionados estaban exultantes, eufóricos, hasta se dieron el lujo de anunciar que darían a conocer una convocatoria a la sociedad civil para invitarlos cordialmente y sin fines de lucro a unas bonitas audiencias temáticas que les dieran luces en la elaboración del programa anual de la Comisión (mismas que se transformarían en un raudal de foros, onerosos y hermosos).
No contentos con lo anterior, también presumieron que habían tenido contacto con organismos sociales populares y de postín, pues precisaron que se habían entrevistado con gente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad; México SOS, de Alejandro Martí; Alto al Secuestro, de Isabel Miranda de Wallace; México Unido Contra la Delincuencia; Unidos contra la Trata; ¿Quién habla por mí?, organismo fundado por María Ampudia, maestra en Filosofía Social, asesora en la Comisión Nacional de Trata de Personas en el Senado y presunta pareja sentimental del senador Javier Lozano.
SI ASÍ EMPEZARON, CÓMO ACABARÁN
Sin embargo, ni bien habían transcurrido 90 días de la puesta en marcha de la CEAV cuando arribaron a sus instalaciones víctimas de violencia adheridas al Movimiento por la Paz para recordarles a los comisionados y base laboral que les acompañaba que gracias a ellos, a las víctimas, el país contaba con una Ley de General de Víctimas y que debían tratarlos como seres humanos y no como deudores y que no salieran con el pretexto de que apenas empezaban a operar o que estaban viendo qué pendientes les había heredado la difunta Províctima.
De tal forma que los reclamos de @SarinaMercouri en torno a la dilación para la entrega de viáticos no son los únicos, desde hace cuatro meses ya empezaba a advertirse el descontento por las trabas cuasi dictatoriales que les ponen para apoyarles, las pobres asesorías jurídica y psicológica y la falta de seguimiento a los casos
Ni tardos ni perezosos salieron los comisionados Carlos Ríos, Jaime Rochín y Susana Thalía Pedroza —con gesto de molestia, no como el jueves 18 de junio cuando eran puras sonrisas con los senadores a pesar de la regañina que les pusieron por ambiciosos— y enarbolaron la bandera de que la CEAV estaba en pañales y daba sus primeros pasitos.
El comisionado Ríos expuso que el Registro Nacional de Víctimas estaba cocinándose y que sería como la varita mágica para llegar a los servicios que otorgaría el Sistema Nacional de Víctimas.
Les pidió que no se encresparan porque laboraban para crear el Fondo de Apoyo para Víctimas que establece los montos compensatorios y que estaban por echar a volar la Asesoría Jurídica Federal, y bla, bla, bla...
Los inconformes les reclamaron que no los atendían bien y si les daban apoyos era con calzador. Recalcaron que la falta de asesoría jurídica los perjudicaba porque requerían del acompañamiento y, nuevamente, expusieron que lo poco que habían alcanzado con Províctima (qepd) se había ido por la borda.
También les echaron en cara que habían faltado a la promesa de reunirse con víctimas de desaparición forzada, y les reclamaron su falta de sensibilidad, además de que la misma Comisión era un desastre porque los funcionarios ni conocían a los comisionados y éstos eran ajenos a la realidad de las víctimas (tal vez por eso la foritis crónica se ha convertido en el mejor refugio para ocultar su desinterés).
Y nada, que tras los reclamos los comisionados más nerviosos que eficaces entregaron un documento con una primera propuesta para definir cómo se seguirán repartiendo los recursos para traslados cuando así sea necesario, como en el multicitado caso de @SarinaMercuri, recursos que le son entregados a cuentagotas porque se les da la gana a los Torquemada disfrazados de solidarios corderitos.
Tales apoyos se podrán otorgar, dice el documento, cuando “exista la necesidad de efectuar éste por causas de seguridad, de apoyo para intervenir en diligencias ministeriales o judiciales, así como de asistencia ante diversas instituciones públicas, privadas o sociales”. Lo anterior incluye “cuando sea necesario acudir a realizar una denuncia, comparecer ante un Ministerio Público, recibir atención especializada o de tratamiento y obtener seguridad de las autoridades competentes”.
Y para que el amable lector vea que @SarinaMercouri no miente, las víctimas estimaron que hay más trabas que apoyos, ya que deben solicitar con al menos tres días hábiles de anticipación o el cumplimiento de un itinerario, como si la vida pudiera planificarse como un foro.
Asimismo, en dicha propuesta se enfatiza que el gasto efectuado por la víctima debe realizarse bajo “criterios de austeridad, racionalidad, eficiencia, economía y transparencia”, lo que algunos consideraron un agravio porque no son políticos profesionales, sino víctimas.
Ya más en su papel los comisionados quisieron hacer migas con los inconformes y los invitaron a verse más seguido, que tal cada jueves, para ver cómo avanzan las cosas y nos tomamos un cafecito y probamos pastel de nutella, dijeron mientras respiraban más calmados.
LA PRIMERA DEFENESTRADA
Tres meses después de la escaramuza anteriormente citada, la CEAV se cimbró de nuevo. María Olga Noriega, fue “relevada” el 29 de abril de este año de la CEAV, y aseveró que padeció violencia de género, lo que no le permitió trabajar en la atención de las víctimas de agresiones en el país.
¿Violencia de género dentro de la CEAV? No, no puede ser… En casa del jabonero azadón de palo.
Noriega, ahora simple comisionada, también habló de obstáculos internos (suponemos impuestos por sus verdugos), mismos que han impedido contar con mecanismos eficaces para ayudar a niños, mujeres y hombres que directa o indirectamente han sido afectados por la inseguridad.
“Es lamentable que los tres ejes fundamentales de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, que es la creación del fondo, la creación de la asesoría jurídica federal y la creación del registro nacional de víctimas, van con un atraso importante. Se tiene que redimensionar la labor que se está haciendo en el interior de la comisión”, precisó. Cómo es posible si todo marcha como miel sobre hojuelas, ¿o ya no?, ¿no que ya merito sale del horno el multireferido Registro?
Comentó con un tono conciliatorio bucólico que la institución no debe ser vista como “golpista”, instó a sus compañeros a trabajar en beneficio de los ciudadanos y a no laborar bajo un ambiente de “pleitos”. Oportuna recomendación al estilo del padre Ripalda.
Y luego, como leona dormida señaló que a pesar de que se dio a conocer su renuncia a la presidencia de la institución ella nunca firmó algún documento que así lo acredite.
Noriega contó que estas triquiñuelas empezaron en su contra desde que comenzó a trabajar en la institución, pero todo empeoró cuando se negó a impugnar ante los medios de comunicación el reglamento emitido por el Ejecutivo para la administración y legalidad del organismo.
Luego sus detractores convocaron a una junta, le dieron pinochetazo y su puesto lo asumió Sergio Rochín del Rincón, pero ella interpuso un amparo ante el Poder Judicial de la Federación, en el que pide que la reinstalen en el puesto.
Cariacontecida, pero serena, narró, con un nudo en la garganta que el comisionado Julio Hernández Barros intentó sobornar a uno de sus colaboradores, Mauricio Centurión, aunque no reveló cuál era el objetivo de ello. No lo dijo, pero lo imaginamos.
Sin embargo, tiene fe en la justicia mexicana, en sus instituciones y anunció que el 11 de julio le notificarán sobre la resolución de su caso. Vaya cosa, una víctima de violencia de género dentro del organismo encargado de velar por las víctimas. Habrase visto. El caso seguro formará del Registro que con tanto tesón realizan.
EUTANASIA PARA PROVÍCTIMA
Finalmente, es hora de preguntarnos si la metamorfosis de Províctima a CEAV fue lo mejor. ¿Alguien recuerda a Províctima? Tal vez algunas madres de desaparecidos sí, aquellas que habían visto una lucecita al final del túnel de su búsqueda que parece kafkianamente interminable.
Recuerdo que una de ellas me dijo: “Ahora va a ser peor, con Províctima algunos ya habíamos avanzado algo, ahora empezaremos de cero. Nueva gente, va para atrás todo…”. Parece que su presagio se ha cumplido.
¿Habrá algunas similitudes entre Províctina y la CEAV? No está por demás darnos un chapuzón por el pasado reciente.
Ya en la ruta final del sexenio calderonista Províctima estaba de capa caída. En un texto de Claudia Solera aparecido el 6 de septiembre de 2012 refiere que la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas de Delitos (Províctima) estaba entregando los tenis. Sara Irene Herrerías, la procuradora de esa instancia (en aquellos trágicos días), ya daba por un hecho que borrarían del mapa a dicho ente.
La mujer ya esperaba que con el cambio de administración Províctima pasaría a mejor vida, ya que fue creada por decreto calderónico y carecía de un fundamento jurídico que la soportara.
Para colmo de males Províctima no tenía un quinto partido por la mitad, ya que en sus primeros meses realizó una campaña publicitaria de menos de 20 días por la vía radiofónica, ya que por la Tv salía oneroso el asunto.
Asimismo los centros en donde despachaba, que desdeñosamente le otorgó la PGR, yacían en la mitad de la República y carecía de satélites en entidades presas de la violencia como Tamaulipas o Durango.
Hace casi tres años ya, después del encuentro que sostuvieran Felipe y el bardo Sicilia, tras los diálogos de Chapultepec, sin decir ni agua, el ex presidente sacó de la chistera un decreto y dijo: Hágase Províctima, y Províctima se hizo.
Lo anterior como contestación a la solicitud que el rapsoda Sicilia le hiciera en el 3 veces H. Castillo de Chapultepec: urge ya un Sistema Nacional de Atención a Víctimas.
Entonces, Felipe y sus asesores debieron pensar que era muy “pro” crear un ente más “que de manera análoga (al combate que sostenía de forma furibunda el Estado contra la delincuencia organizada) se brinde una especial, eficaz y oportuna atención a las víctimas u ofendidos de delitos”, de acuerdo con algunas consideraciones del Decreto de 14 artículos.
Activistas sociales de indudable reputación vieron con buenos ojos la creación de Províctima, aunque cuestionaron que hubiera sido creada sin meterle lo que siempre hace falta: billete.
Pero al parecer Províctima no traía torta bajo el brazo y en esa época el presupuesto de 2012 ya estaba etiquetado y a punto de llegar a Hacienda, por lo que no hubo manera de pedir el recurso para que Províctima se levantara y andar, aunque la pusieron a caminar el 11 de octubre de aquel año.
Debido a tal situación las dependencias vieron la forma que de algunas de sus áreas saliera el dinero y en abonos chiquitos le pasaron recursos, infraestructura de dudosa reputación y empleados, porque no había modo de crear nuevas plazas.
Así las cosas la PGR le transfirió gente, dinero y oficinas que pertenecían a la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Atención a Víctimas y Servicios a la Comunidad como a la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas.
De su lado la Secretaría de Seguridad Pública le exportó su área de atención a víctimas, con sicólogos y litigantes incluidos. Función Pública le pasó un call center y Presidencia ordenó que le enviaran una porción de Atención Ciudadana.
De tal modo que frankensteinianamente Províctima se armó a pedazos, y llegó a tener 400 trabajadores, 16 oficinas en 15 entidades federativas, un búnker central en el DF y 300 millones de pesos para 2012. Dicha suma tan sólo representaba el .008 por ciento del presupuesto de egresos de aquel año, muy por debajo de lo que le canalizaban al entonces IFE o a la mismísima PGR, pero así empezó.
La entonces procuradora anduvo, según cuentan ella y reputados activistas sociales, de arriba para conseguir recursos y publicitar a Províctima, por lo que recurrió a Sedesol para ver si a través de su programa Oportunidades (ahora Cruzada contra la Pobreza) podían difundir la razón de ser y las bondades del nuevo ente.
Sin embargo no tuvo el impacto requerido y a veces en cuatro días de jornada completa sólo se comunicaba una treintena de personas (por ello me veo obligado a dar estos antecedentes de Províctima, para que CEAV se dé cuenta que debe tratar de llegar a más víctimas, para que conozcan su existencia y no sólo su impecable labor como generadora de foros).
Entonces tenemos que Províctima casi era como una organización civil que pedía recursos a quien se dejara y no una dependencia gubernamental en forma con recursos bien definidos para su operación.
Durante los primeros 300 días llegaron a recibir 8 mil 731 llamadas, en su mayoría de féminas que denunciaban ser víctimas de violencia intrafamiliar y ninguna denunció secuestros, homicidios, extorsión y trata relacionada con el crimen organizado , luego las desapariciones fueron las más reportadas, pero en muy bajo número.
DE BUENAS INTENCIONES…
Províctima quería estar en cada estado y también pedía un fondo para medicinas, ya que muchas víctimas por su misma situación necesitaban ser controladas con antidepresivos.
Además entre sus objetivos daría atención a todo familiar de la persona reportada en calidad de extraviada, sustraída o ausente, coadyuvando en la búsqueda y difundiendo información para su localización.
Otorgaría atención inmediata para conocer la necesidad jurídica específica para estar en posibilidad de brindarle los servicios legales de asesoría, orientación y en su caso, defensa legal.
Proporcionaría valoración médica de primer contacto a las víctimas u ofendidos del delito, mediante la prevención, detección y orientación acerca de los problemas de salud.
Y finalmente, una vez que la persona fuera turnada por el personal de Trabajo Social, el área de sicología daría atención primaria y/o atención especializada, sector que nunca funcionó a plenitud , es decir, algunas pocas víctimas agradecieron la atención ofrecida, pero la mayoría, que presentaba estrés post traumático se quejaba de la mala atención, puesto que la asesoría jurídica y acompañamiento dejaban mucho que desear ya que los litigantes se amilanaban ante la SIEDO para exigir que cumplieran a cabalidad con los casos que llevaban, los apoyos económicos nunca fueron entregados y las consultas médicas o psicológicas terminaban siendo pagadas por quienes acudían.
Sin embargo, Províctima finalmente falleció. La actual administración peñista la desapareció y en su lugar surgió de la mar bravía, como una Venus, la CEAV.
La CEAV ahora es cuestionada porque pone muchas trabas para dar apoyos económicos a víctimas. Padece de una foritis crónica y al interior de la misma la rebatinga por el poder está a tope, hay violencia de género, contubernios, mientras las víctimas pasan a segundo término. Promete realizar registros de todas las vejaciones habidas y por haber, aunque tal vez en la práctica se esté alejando de quienes le dieron sustento para que fuera creada.
Si todo esto ha ocurrido en apenas seis meses, pobres víctimas, van de la sartén al fuego.
Y ahora quién podrá defenderlas.