“Los gobiernos y autoridades de todos los niveles tienen que entender que las víctimas no son sólo números ni conceptos jurídicos, son seres humanos lastimados y heridos que hoy reclaman ser escuchados y atendidos con dignidad”, afirmó la comisionada de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Susana Thalía Pedroza de la Llave. Y bueno, qué decir, hubiera sido un lindo detalle que hubiera dicho eso cuando las madres de desaparecidos de Veracruz estaban recostadas sobre cartones.
La profundidad de la frase conmueve, sin duda, lo más hermoso es que quienes tienen que entender esta situación de las víctimas son otros, no ellos; es decir, le echan la bolita a gobiernos y autoridades, como si los comisionados entendieran a cabalidad la situación de las víctimas, el dolor que les carcome, su exigencia por una atención pronta y honesta y no respuestas despóticas, ninguneos, revictimizaciones, choro vil que nada vales pero como entretienes.
Uno pensaría que la conclusión del cuarto Foro regional para elaborar el Programa de Atención Integral a Víctimas sería distinto, tal vez con algún “mea culpa” light, como quién no quiere la cosa. Pero nada.
La comisionada Pedroza lamentó que “las víctimas no hayan sido atendidas con dignidad y eficacia por parte de las autoridades responsables, lo que significa un doble drama pues terminan por ser revictimizadas por aquellos cuya obligación es ayudarlos y protegerlos”. ¡Ups!
Alabado sea el Señor, pero de qué se trata. Lo anterior no es un “mea culpa” light, es una majadería porque a sabiendas de lo que hicieron con estas pobres mujeres, ahora resulta que ven la viga en el ojo ajeno. Está bien el uso de la psicología inversa, pero no exageren. No es por ahí, Pedroza.
Lo mejor hubiera sido si el párrafo hubiera sido escrito así:
“Lamentamos que las víctimas (las madres de desaparecidos de Veracruz que mal durmieron sobre el piso y a quienes no han sido recibidas por el encargado de atenderlas, ya sabemos quién es y usa barba de candado) no hayan sido atendidas con dignidad y eficacia por parte de los comisionados responsables de velar por su protección, lo que significa, lo reconocemos sin cortapisas, un doble drama pues terminaron por ser revictimizadas por aquellos cuya obligación es ayudarlos y protegerlos, o sea nosotros, los comisionados. Les ofrecemos mil disculpas a todas las víctimas que no hemos atendido como se debe. No más lástima ni frialdad, trato humano y atención, para empezar”.
Bueno, soñar no cuesta nada, Pedroza pudo haberlo dicho pero no quiso. La historia la juzgará, como a Robben.
Ya entusiasmada por ser ella quien cerraría el cuarto Foro, expresó que “la negligencia, la falta de sensibilidad, de sentido humano e indiferencia, son reclamos que de manera unánime se han expresado una y otra vez y que ya no se pueden ignorar más”. ¿Le creemos?
No sabemos qué ocurre. Lo anterior es una descripción fidedigna de la actitud de los comisionados hacia las víctimas. Sin embargo, hábiles como son siguen a pie juntillas la política del avestriz. Si los tocan con pétalo de un tuit, dejan de seguir, si alguien les exige el pago de los viáticos en tono fuerte se sienten agredidos y se niegan a otorgar el dinero, si alguien les reclama cierran los ojos y lo borran del mapa.
Pedroza manifestó que estos Foros Regionales representan espacios organizados para las víctimas "son foros de y para los ciudadanos de este país que requieren voz y formas pertinentes que articulen sus reclamos, a fin de encontrar, diseñar y formalizar propuestas eficientes que ayuden a proteger a las víctimas".
Todo sea por la búsqueda insaciable de las políticas públicas que traerán para quienes las requieren el reino de los cielos. Entre foristas te veas y entre reflectores te ruborices, bien mío…
La comisionada puntualizó que éstos (los multicitados foros) “son un motor que en su momento vinculará a todos los poderes constitucionales del país, a todas las autoridades en los ámbitos federal, local y municipal, a los máximos representantes de derechos humanos a lo largo y ancho de México que habrán de coincidir en el Sistema Nacional de Atención a Víctimas el que tiene la responsabilidad de aprobar el Programa de Atención Integral a Víctimas", o sea que son como los tornillos de la bisagra. Excelso. Sin los foros nada, con los foros todo.
Si alguien pensó que Pedroza ya había concluido está en un craso error. Faltaba la vuelta de tuerca: “El objetivo es presentar un documento incluyente, serio, fortalecido desde su origen por la valiosa aportación de cientos de ciudadanos de decenas de organizaciones de la sociedad civil y de expertos académicos, que nos dicen qué hacer, cómo hacerlo y para qué hacerlo. Su generosidad y su gallardía nos ennoblece a todos y a todas. Su participación nos alienta".
Qué tal, casi como si fuera verdad. En la LGV les dice qué, cómo y para qué. Las víctimas, las reales, aquellas que llevan sus facturas y no les pagan, las otras que duermen en el suelo y no les hacen caso, unas a quienes van a verlas a poblados como Atoyac de Álvarez para inflar un registro, los seducen, pero no les dicen cómo las atenderán o si tendrán que dormir sobre cartones.
Finalmente, Pedroza recordó que “la CEAV refrenda su compromiso de acompañar a las personas en situación de víctimas y garantizar el ejercicio de sus derechos, así como seguir insistiendo en lograr el mejor desempeño de todas las autoridades en su obligación de respetar los derechos de las víctimas: no dejaremos de insistir que todas las autoridades en este país deben actuar con responsabilidad y fomentar el trato digno e integral a las víctimas".
No quiero ser reiterativo, pero no hay de otra: quién acompañó a esas pobres madres que yacían hacinadas como judíos en un campo de concentración (ahí están las fotos). Quién acompaña a esas mujeres que reúnen todos los requisitos para poder cobrar el apoyo económico, les quitan los documentos y luego ni siquiera les dicen “ahí te ves”. Quién las acompaña, cuándo, cómo.
Es mejor echarle la bolita a las otras autoridades y gobiernos, porque siempre hay a quién arrojarle la “papa caliente”.
El cierre del cuarto Foro en Cuernavaca no pudo haber sido más deslucido. Seguramente mañana veremos un intercambio matinal de tuits entre comisionados, con frases tales como: Felicito a mi compañera por su genial discurso de despedida en 4° Foro de Morelos. Felicidades, matadora!
Y luego la respuesta: Felicito al comisionado por su gran labor y por su discurso esclarecedor. Las políticas públicas tienen en él a su mesías. “Piojo” Herrera, creo en ti.
O algo así.
Lo cierto es que Pedroza dijo cosas a otros que debió decirles a sus congéneres, porque son los comisionados (por ello les dieron esa comisión a los surgidos de la academia y de la sociedad civil) los que deben atender con dignidad y eficacia a las víctimas para que no sean revictimizadas por aquellos cuya obligación es ayudarlos y protegerlos.
¿Es tan difícil hacerles comprender que se deben a las víctimas y no a las políticas públicas?
CEAV, PRÓDIGA EN PALABRAS HUECAS Y CODA PARA PAGAR VIÁTICOS
Compartí el miércoles 16 de julio fragmentos del boletín de prensa triunfalista y autocomplaciente que generó la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas por el cuarto Foro Regional que se desarrolló ese día en Cuernavaca.
En dicho comunicado vimos como Jaime Rochín del Rincón se dio un baño de pureza y suelta un discurso que ni Teresa de Calcuta habría emitido.
De acuerdo con lo que leímos la CEAV es una suerte de castillo de la pureza, tapizado de buenas intenciones, con comisionados que son capaces de dar todo por nada, hasta el infinito y más allá. Qué suerte tienes México porque aun en la tragedia te encuentras con angelitos.
"No podemos olvidar que existen miles de hijos muertos, miles de hermanos desaparecidos, miles de familias rotas, cientos de migrantes lastimados. Un dolor sin nombre que se nos graba en la piel, que siembra confusión y miedo", dice Rochín y hace llorar a algunos asistentes que suspiran ante el hombre que es capaz de proferir algo así, cuando apenas hace unos días permitió que madres de desaparecidos de Veracruz durmieran sobre el piso, no las atendió, no dio la cara para nada. Jano es un aprendiz junto a Rochín.
“No son para lucimiento personal de las autoridades ni para la simulación de encuentros que justifiquen presupuestos (los foros)”, barbota Rochín arrebatado por una catarsis de honestidad de dudosa resignación.
Y luego lo que dijo el “góber” Graco Ramírez es una joyota:
“…no se deben permitir fiscales ni servidores públicos insensibles, que tengan actitudes de soberbia frente al reclamo de justicia de víctimas para él o para sus familias”, algunos de los ahí presentes pasaron saliva, fingieron demencia matinal y pusieron cara como de “qué bárbaro, cómo puede haber gente así, tan insensible, tan visceral, tan ojeis”.
Luego intervinieron otros personajes que no agregaron nada al tema ni conmocionaron a la fina concurrencia como los comisionados espurios que han captado los reflectores en los últimos días con la cantaleta de las políticas públicas son primero, y luego lo demás. Hay bisagras cómo abundan.
Los asistentes al Holiday Inn bostezaban saciados de tanto discurso edulcorante hasta que llegó el turno al comisionado Julio Hernández Barros, encargado de atender a las familias de desaparecidos y que se ha convertido en amo de las elusiones,
"No hay peor dolor para un ser humano que no saber dónde está un hijo, dónde está un marido, un hermano", expresó Hernández Barros al mejor estilo de pastor goebbeliano convencido de que ‘es buena la propaganda que conduce al éxito” y de que ‘más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil’.
Luego, ya entrado en calor le dio por hacerse el occiso con los distractores y olvidó que fue uno de los primeros en felicitar al “Piojo” Herrera y se le fue de la mente en esos momentos de éxtasis a quiénes se debía, gozoso de los distractores tan apreciados por la casta dominante.
"Estoy convencido de que ni el grave problema del petróleo, ni las telecomunicaciones que tan atareados tienen a los medios y a los políticos, y mucho menos el distractor de la selección mexicana de fútbol, pueden competir siquiera con la gravedad del problema de las víctimas en nuestro país", sostuvo en un tono lacónico como si alguien fuera a creerle.
Y bueno, fueron algunas de las gemas que rescatamos, sabias palabras de estos próceres que laboran infatigables por las víctimas, o al menos eso dicen porque las familiares de desaparecidos son castigados con el látigo de su desprecio, porque ya se sabe que sus actos y palabras huecas los desmienten.